De Corazón a corazón: 1Sam 8,4-7.10-22 (El pueblo pide un rey a Samuel); Mc 2,1-12 (Jesús "les anunciaba la palabra… Le trajeron un paralítico… Hijo, tus pecados te son perdonados")

Contemplación, vivencia, misión: Jesús convive con cada persona humana, compartiendo con ella su misma historia: trabajo, familia, salud, preocupaciones... Sólo Dios hecho hombre puede hacer así, sin herir la libertad humana. Él es el objetivo de nuestros pecados (como un "no" que se cierra al Amor) y sólo él puede perdonarlos. En la práctica religiosa tenemos muchos ídolos y preferencias, al margen del proyecto de Dios. Pocos se dejan sorprender por él. Cristo se hace encontradizo, "contemporáneo" de cada redimido, para asumir su historia concreta y sanarla.

*En el día a día con la Madre de Jesús: No estamos nunca solos. La vida tiene sentido en Cristo. María pronunció muchas veces el nombre de "Jesús" (Salvador); y vio este nombre "escrito en la cruz", cuando el Señor le dijo: "He aquí a tu hijo" (Jn 19,20.26)

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "Me llena de vida releer este texto: «Tu Dios está en medio de ti, poderoso salvador. Él exulta de gozo por ti, te renueva con su amor, y baila por ti con gritos de júbilo» (Sof 3,17)" (Evangelii Gaudium, n.4)