De Corazón a corazón: 1Sam 3,1-4,1 ("Habla, Señor, que tu siervo escucha"); Mc 1,29-39 ("Curó a muchos… Fue a un lugar solitario y se puso a hacer oración… Todos te buscan… Vayamos a otra parte")

Contemplación, vivencia, misión: En el Corazón de Jesús cabemos todos y cada uno: la suegra de Pedro y toda la muchedumbre que le buscaba. Jesús se entrega generosamente a la acción apostólica y a la contemplación, se inserta en un lugar preciso y marcha hacia otro lugar… La armonía está en la "misión": ser enviado por el Padre. Ha venido sólo para realizar este proyecto de amor. Es la disponibilidad desde el seno de María: "vengo para hacer tu voluntad" (Heb 10). En ella había resonado ya la fidelidad de Samuel ("Habla, Señor, que tu siervo escucha").

*En el día a día, con la Madre de Jesús: María se dejó sorprender y contagiar por la vida "sacerdotal" de Jesús, "ocupado en las cosas" o en el amor de donación al Padre (Lc 2,49.51).

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual" (Evangelii Gaudium, n.11)