De Corazón a corazón: 1Sam 16,1-13 (Samuel unge a David como rey); Mc 2,23-28 ("El Hijo del hombre es también señor del sábado")

Contemplación, vivencia, misión: Jesús va más allá de unas normas legítimas, a veces mal interpretadas. La persona humana vale más que todas las normas. La norma que da sentido a todas las normas es el amor a Dios y a los hermanos. Quien ama de verdad, ama también las normas como medios de convivencia fraterna. Las normas del caminar humano y eclesial son sólo medios; lo importante es el amor. Jesús es el Señor de la historia y de todas las normas. Quien ama como él, cumple mucho más y mucho mejor que lo establecido por las normas.

En el día a día con la Madre de Jesús: Dios elige a los pequeños y despreciados, a los olvidados y marginados, pero éstos deben ser siempre aprendices de la humildad y de la caridad en la verdad. El "Magníficat" de "la sierva del Señor" sigue siendo la pauta diaria del agradecimiento y de la humildad.

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "Los Apóstoles jamás olvidaron el momento en que Jesús les tocó el corazón… El creyente es fundamentalmente «memorioso»" (Evangelii Gaudium, n.13)