De Corazón a corazón: Is 42,1-4.6-7 ("Éste es mi elegido… Te he destinado a ser luz de las gentes"); Hech 10,34-38 ("A Jesús de Nazaret le ungió con el Espíritu Santo… pasó haciendo el bien"); Mt 3,13-17 ("Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco")

Contemplación, vivencia, misión: Hoy termina el tiempo litúrgico de la Navidad, pero no termina la gracia de la Navidad. Por medio de nuestro bautismo, simbolizado por el de Cristo en el Jordán, el Señor se nos ha dado a sí mismo, para que podamos participar de su misma vida de Hijo de Dios. El Padre ya puede ver en nosotros al mismo Jesús que hace suya nuestra oración y nuestra vida. Nos ha comunicado su mismo Espíritu para ser su fragancia y destello, por una vida que se construye amando.

*En el día a día, con la Madre de Jesús: "La Iglesia, contemplando )en María) su arcana santidad e imitando su caridad, y cumpliendo fielmente la voluntad del Padre, también ella es hecha Madre … en efecto, por la predicación y el bautismo engendra para la vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios" (LG 64).

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero … es un agente evangelizador" (Evangelii Gaudium, n.120)