De Corazón a corazón: Num 6,22-27 ("El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz"); Ga 4,4-7 ("Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de la mujer… para que recibiéramos la filiación adoptiva"); Lc 2,16-21 ("Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús")

Contemplación, vivencia, misión: La historia ya tiene sentido, no como tiempo que pasa, ni como algo que se repite, sino como un "presente", que ya es el mismo "presente" de Jesús, el "Salvador". Él es la Palabra personal con que se expresa el Padre en el amor del Espíritu y que nos la da en nuestro "presente" para hacernos hijos en el Hijo, partícipes de un "presente" eterno. La "paz" ya está sellada desde el nacimiento de Jesús; basta con comprometerse a construirla amando, en fraternidad universal.

*Vivir la alegría del Evangelio de la paz, con la Madre de Jesús: María es Madre de Dios, Reina de la paz, Madre de Jesús "nuestra paz". "Cristo nos lleva a María… porque no quiere que caminemos sin una madre, y el pueblo lee en esa imagen materna todos los misterios del Evangelio" (Evangelii Gaudium, n.285). "La fraternidad es fundamento y camino para la paz" (Papa Francisco, Mensaje sobre la paz 2014).