De Corazón a corazón: Is 40,1-11( "Consolad a mi pueblo… abrid camino al Señor… como un pastor pastorea su rebaño" Mt 18,12-14 ("Si un pastor tiene cien ovejas y se le descarría una"…)

Contemplación, vivencia, misión: Así es el Señor: nos ama a cada uno de modo irrepetible. Nos ha creado y redimido porque nos ama. El corazón humano respira cuando se siente amado así. En todas las cosas y en todas las personas hay una chispita de este amor divino. A veces, hay que soplar en el rescoldo para que brote la llama. Tenemos una herencia común. Lo que Dios ha hecho en su Madre y nuestra, la Inmaculada, es para nuestro bien. Para Jesús no hay "cosas", sino personas amadas entrañablemente. El misterio de la Encarnación indica está cercanía tan especial, de unión íntima, para compartir la misma historia y la misma vida, colocando a cada uno en su corazón.

*En el día a día, hacia la Navidad con la Madre de Jesús: San Ambrosio invitaba a hacerse eco "gozoso" del "Magníficat" de María: "Que el alma de María esté en cada uno para alabar al Señor; que su espíritu esté en cada uno para que se alegre en Dios" (citado en MC 21).

AÑO DE LA FE: "La fe es creer en este amor de Dios… es confiar en Dios con la actitud del niño, el cual sabe que todas sus dificultades, todos sus problemas están a salvo en el "tú" de la madre" (Benedicto XVI, 24 octubre 2012).