De Corazón a corazón: Is 9,1-6 ("Un niño nos ha nacido… Estará el señorío sobre su hombro"); Lc 1,26-38 ("Vas a dar a luz un hijo… Jesús… su reino no tendrá fin")

Contemplación, vivencia, misión: María es Reina "Madre": por ser Madre del Rey, por excelencia y por haber colaborado a nuestra redención como "asociada" al Redentor ("Nueva Eva", según San Ireneo). Su realeza hace más concreta y cercana a nuestro corazón la realeza fundamental de Cristo Mesías Rey, "cuyo reino tendrá fin". Lo más importante es que Cristo reine en los corazones y en los pueblos: "urge que él reine" (1Cor 15,15). La misión del bautizado consiste en "hacer que todo tenga a Cristo por cabeza" (Ef 1,10).

*En el día a día con la Madre de Jesús: María meditó en su corazón (cfr. Lc 2,19) el mensaje del ángel a los pastores (cfr. Lc 2,10-12) sobre el niño, "el Salvador",  recién nacido (cfr. Is 9,16). Oramos así a la Virgen Reina: "Soy todo tuyo", para que me enseñes a no anteponer nada al amor de Cristo.