De Corazón a corazón: Hech 1,15-26 ("Testigo con nosotros de la resurrección… agregado al número de los Doce"); Jn 15,9-17 ("Permaneced en mi amor…vosotros sois mis amigos… yo os he elegido")

Contemplación, vivencia, misión: Todos tenemos algo de la "vocación apostólica", como discípulos misioneros, amigos y testigos de Cristo. La fiesta de un apóstol (San Matías), elegido en el Cenáculo en la presencia de María, nos recuerda nuestra vocación "apostólica", y especialmente la vocación de quienes son sucesores de los Apóstoles. Se necesita saber convivir con el Señor (ahora "presente" bajo signos eclesiales), permanecer en su amor y amistad, compartir el mismo estilo de vida, para ser testigo de su resurrección.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Ella "os será muy verdadera Madre en todas vuestras necesidades" (San Juan de Ávila, Audi Filia, cap.59). "Cualquiera que a ella llamare, por ella le oirá Dios" (Sermón 62).

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: De modo parecido al Cenáculo, María, "a través de las distintas advocaciones marianas, ligadas generalmente a los santuarios, comparte las historias de cada pueblo que ha recibido el Evangelio, y entra a formar parte de su identidad histórica" (Evangelii Gaudium, n.286)