De Corazón a corazón: Hech 11,19-26 ("Fue en Antioquía donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de cristianos"); Jn 10,22-30 ("Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen… Mi Padre me las ha dado")

Contemplación, vivencia, misión: Escuchar y seguir es la clave de toda vocación "cristiana". Encerrase en las propias preferencias, equivaldría a construir la existencia sobre arenas movedizas. El ser humano se realiza amando. Y cuando Cristo llama, quien le escucha y le sigue se fundamenta sobre la roca del verdadero Amigo que nunca abandona.

*En el día a día con la Madre de Jesús: La vocación de seguir a Cristo se guarda en el Corazón de su Madre y nuestra, como parte integrante de su misma maternidad.Cuando un cristiano hace de la vida un "sí", Jesús nace en él y, por él, en muchos corazones. Vale la pena decir que "sí".

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: Los santuarios marianos son memoria de la presencia materna y activa de María en la vida de cada fiel. "Como a san Juan Diego, María les da la caricia de su consuelo maternal y les dice al oído: «No se turbe tu corazón … ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?»" (Evangelii Gaudium, n.286)