De Corazón a corazón: 2Sam 7,4-5.12-14.16 ("Yo seré para él Padre")/ Rom 4,13.16-18.22 ("Esperando contra toda esperanza, creyó"); Mt 1,16-24 ("No temas tomar contigo a María como esposa… Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús") / Lc 2,41-51 ("Tu padre y yo te buscábamos angustiados")

Contemplación, vivencia, misión: El "silencio" de San José queda explicado por su referencia a la "Palabra" de Dios: su vida era ya sólo para Jesús, el "Salvador",  nacido de María por obra del Espíritu Santo. Fuel hombre "justo", siempre abierto a los nuevos planes de Dios. En su vida "callada" resonó la "Palabra" personal de Dios, Jesús, a quien José pudo siempre llamar "hijo" de un modo totalmente nuevo. El "esposo" de María compartió con ella los mismos avatares de Jesús (cfr. Mt 2,13).

*En el día a día con la Madre de Jesús: María compartió siempre con José el gozo y el dolor de pertenecer exclusivamente a Jesús: "Tu padre y yo te buscábamos angustiados".

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: San José, en su día adía, pudo constatar que María "es la mujer orante y trabajadora en Nazaret, y también es nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás «sin demora» (Lc 1,39)" (Evangelii Gaudium, n.288)