De Corazón a corazón: 1Sam 16,1.6-7.10-13 (David, “el más pequeño que está guardando el rebaño”); Ef 5,8-14 (“Ahora sois luz; vivid como hijos de la Luz”); Jn 9,1-41 (En la curación del ciego. “Yo soy luz del mundo”)

Contemplación, vivencia, misión: En la noche de la Pascua cantaremos a Cristo, " Luz del mundo", recibiéndola en nuestras vidas y anunciándola a toda la humanidad. Hay que abrir las ventanas, reconociendo nuestra pequeñez y oscuridad. Jesús hace siempre el milagro de restaurar nuestra vista, dándonos una nueva luz: la luz de ver las cosas con s misma mirada. En el camino de cuaresma hacia la Pascua, la Iglesia nos invita a pregustar la “alegría” (“Laetare”) de Jesús resucitado.

*En el día a día con la Madre de Jesús: La "luz" comunicada por Jesús es un tema muy meditado por María, en la visitación, en Belén y en la presentación: : "Por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de lo alto, a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte" (Lc 1,78-79; cfr. 2,9.30-32).

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: Estamos invitados a “salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (Evangelii Gaudium, n.20)