De Corazón a corazón: Sant 2,14-24.26 ("Muéstrame tu fe sin obras y yo te mostraré con mis obras mi fe"); Mc 8,34-9,1 ("Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame")

Contemplación, vivencia, misión: La fe viva se hace concreta en la esperanza y en el amor. Las obras valen si son expresión de esta fe. El proceso de “conversión” es imposible sin la actitud de relación personal con Cristo, que invita y llama a todos a caminar con él y vivir como él. “Negarse” o “tomar la cruz” equivale a caminar decididamente hacia el amor y en la verdad o también vivir la verdad en la caridad (cfr. Ef 4,15).

*En el día a día con la Madre de Jesús: La fe es adhesión personal, afectiva y efectiva, a Cristo. Se le acepta como "la Verdad", se le ama como "la Vida" y se le siente cercano como "el Camino" que hace posible nuestro caminar, hasta perseverar como María, “de pie junto a la cruz” (Jn 19,25), esperando la resurrección.
*Alegría del Evangelio, renovación misionera: “En orden a que este impulso misionero sea cada vez más intenso, generoso y fecundo, exhorto también a cada Iglesia particular a entrar en un proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma” (Evangelii Gaudium, n.30)