De Corazón a corazón: Is 58,7-10 ("Partir con el hambriento tu pan… brotará tu luz como la aurora"); 1Co 2,1-5 ("No quise saber sino a Jesucristo crucificado"); Mt 5,13-16 ("Vosotros sois la sal de la tierra… la luz del mundo…que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre")

Contemplación, vivencia, misión: Ser destello del amor de Cristo, es el mejor premio que nos puede tocar. Pero esto supone tomar actitudes claras, iluminadas por Cristo crucificado y resucitado, para compartir con los demás los dones recibidos. Ser "sal" y "luz" supone limpiar los aditamentos ruidosos de "chatarra" que no suenan a donación.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Cuando en Nazaret, la Virgen encendía la lámpara al despuntar la aurora, Jesús y José podían contemplar su rostro siempre transformado por su "sí" y su "Magníficat" de alabanza a Dios y de amor a toda la humanidad ("de generación, en generación").

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "El sembrador, cuando ve despuntar la cizaña en medio del trigo, no tiene reacciones quejosas ni alarmistas. Encuentra la manera de que la Palabra se encarne en una situación concreta y dé frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos o inacabados" (Evangelii Gaudium, n.24)