De Corazón a corazón: 1Sam 18,6-9; 19,1-7 (Intrigas de Saúl contra David; amistad de David con Jonatán); Mc 3,7-12 (Jesús enseñaba desde la barca y "curó a muchos")

Contemplación, vivencia, misión: "Muchos", para Jesús, son "todos" y cada uno, pero de distinto modo. A todos nos lleva en su corazón, también a San José cuando murió. Lo importante es saber que nos acompaña y comparte nuestra misma vida y nuestra misma suerte. No hay lugar para las envidias, ambiciones, celotipias y otras tonterías. Su cercanía parece, a veces, lejanía, como cuando se sentó en una barca algo lejos de la orilla. Pero es siempre para respetar nuestra identidad y podernos curar de verdad. Nadie puede ocupar nuestro puesto reservado y privilegiado en el Corazón de Jesús.

*En el día a día con la Madre de Jesús: La historia es salvífica porque está marcada por la cruz del Resucitado. Cuando Jesús llamó "mujer" a su Madre (cfr. Jn 2,5; 19,26), lo hizo en un contexto "nupcial", para "asociarla" activamente a su obra salvífica como figura de la Iglesia.

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable" (Evangelii Gaudium, n.14)