De Corazón a corazón: Is 8,23-9,3 ("El pueblo que andaba a oscuras vio una luz grande… Alegría por tu presencia"); 1Cor 1,10-13.17 ("Que estéis unidos en un mismo sentir… ¿está dividido Cristo?"); Mt 4,12-17 ("Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado").

Contemplación, vivencia, misión: La "luz" es el mismo Jesús, el "Reino" prometido, que origina la unidad y la alegría en un corazón y en una comunidad que quiera "abrirse" ("convertirse") a su presencia de Resucitado. Nos empeñamos en quedarnos a oscuras, cuando cerramos la ventana a su luz. Sin esta luz, los caminantes no podrían reconocerse como hermanos en Cristo y no sabrían compartir los dones recibidos.

*En el día a día con la Madre de Jesús: El "sí" de María a Dios Amor, Uno y Trino, unifica el corazón y la comunidad (cfr. Lc 1,38 y Hech 1,14)

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: “La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión esencialmente se configura como comunión misionera” (Evangelii Gaudium, n.23)