De Corazón a corazón: Hech 6,8-10; 7,54-60 ("Señor, no les tengas en cuenta este pecado"); Mt 10,17-22 ("Os entregarán a los tribunales… por mi causa… para que deis testimonio").

Contemplación, vivencia, misión: Las dificultades personales, comunitarias e históricas se superan amando y perdonando. Esteban es una perla de la corona del Niño Jesús. El "protomártir" cristiano murió como el Señor. Su profesión de fe fue una llamada a la fe. La nota final de confianza y de perdón es la garantía para saber que no se movió por el rencor o por la lógica humana, sino por el mismo Espíritu Santo que es Espíritu de amor, que guió siempre a Jesús y que guía siempre a la Iglesia por el camino del perdón.Vivir y morir amando y perdonando, es obra del Espíritu Santo. Este milagro de amor sólo lo puede hacer Dios Amor.

En el día a día con la Madre de Jesús: Para ser pan de Cristo, hay que hundirse en el surco y dejarse triturar en el molino. María y José experimentaron el dolor de que en "Belén" ("casa del pan")  "no había lugar para ellos" (Lc 2,7) que traían el "pan de vida" (Jn 6,35ss).

*Alegría del Evangelio, renovación misionera: "Llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que humanos, cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más verdadero… Si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?" (Evangelii Gaudium n.8)