De Corazón a corazón: Sab 11,22-12,2 ("Te compadeces de todo… amas todo lo que existe… eres indulgente con todos"); 2Tes 1,11-2,2 ("Dios os haga dignos de su llamada"); Lc 19,1-10 ("Zaqueo… hoy tengo que hospedarme en tu casa… hoy ha llegado la salvación a esta casa")

Contemplación, vivencia, misión: Resulta deslumbrante y conmovedora la escena de Jesús invitándose a sí mismo para visitar y sanar a un "pecador" (Zaqueo, el publicano), marginado por quienes se creían santos. Si Dios lo ha hecho todo por amor, ¿por qué no intuir que en cada corazón, como "microcosmos", está el mismo Dios esperando y amando a todos sin excepción, "que hace salir su sol sobre buenos y malos" (Mt 5,45)? Nuestra vocación es el "amor", de ayudar a todos a sentirse amados por Dios y a responder sinceramente a su amor. "Conversión" significa "abrirse" de verdad al Amor.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Cuando meditamos el Evangelio con el corazón abierto al amor, como puede ser por medio del Rosario, "en él resuena la oración de María, su perenne Magníficat" (Juan Pablo II).

AÑO DE LA FE: "Con su encarnación, con su venida entre nosotros, Jesús nos ha tocado y, a través de los sacramentos, también hoy nos toca; de este modo, transformando nuestro corazón, nos ha permitido y nos sigue permitiendo reconocerlo y confesarlo como Hijo de Dios" (Lumen Fidei, n.31).