De Corazón a corazón: Rom 1,1-7 ("Pablo, siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios" = Cristo resucitado); Lc 11,29-32 ("A esta generación no se le dará otro señal que la señal de Jonás")

Contemplación, vivencia, misión: Jesús resucitado, presente en la historia, es la prenda y señal de que todo lleva su sello de cambio radical hacia el amor. A Pablo le tocó en suerte anunciar este misterio de "buena nueva" (el "Evangelio") a todas las gentes, compartiendo la misma suerte del Señor, crucificado y resucitado. Rebajar el precio al misterio de Cristo, supondría destruir o banalizar el misterio del hombre. Sin Cristo resucitado, que nos habla de Dios amor, no hay futuro.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Ella es "la gran señal" (Apoc 12,1), como transparencia y portadora de Cristo, figura de la Iglesia "sacramento universal de salvación"."Siempre a fe nos lleva a la alegría y María es la madre de la alegría que nos enseña a vivir y caminar por este camino de alegría y a vivir esta alegría" (Papa Francisco, 12 octubre 2013)

AÑO DE LA FE: "La fe transforma toda la persona, precisamente porque la fe se abre al amor. Esta interacción de la fe con el amor nos permite comprender el tipo de conocimiento propio de la fe, su fuerza de convicción, su capacidad de iluminar nuestros pasos" (Lumen Fidei, n.26).