De Corazón a corazón: Jue 11,29-39 (Victoria y voto de Jefté); Mt 22,1-14 (Mi banquete está preparado…  a cuantos encontréis, invitadlos a la boda")

Contemplación, vivencia, misión: Somos todos invitados a las bodas del Verbo Encarnado con la humanidad entera y con cada uno en particular. Dios ha entrado en nuestra historia no sólo como Dios, sino como hermano y "esposo". No valen las excusas ante tanta condescendencia y tanto amor. No nos pide cosas extraordinarias, sino nuestro pequeño amor, con tal que sea todo el amor que tenemos.

*En el día a día con la Madre de Jesús: La historia ha recuperado su orientación y su sentido a partir del desposorio de Cristo con toda la humanidad el día de la Encarnación, en el seno de María icono de la Iglesia, la Virgen de nuestro "sí".

AÑO DE LA FE: "Nos dirigimos en oración a María, madre de la Iglesia y madre de nuestra fe. ¡Madre, ayuda nuestra fe! Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada" (Lumen Fidei, n.60).

Virgen Reina (22 agosto):Lectura: Is 9,1-6 ("Un niño nos ha nacido… Estará el señorío sobre su hombro"); Lc 1,26-38 ("Vas a dar a luz un hijo… Jesús… su reino no tendrá fin"). Ver Año Litúrgico (fiestas de María).