De Corazón a corazón: 2Sam 12,7-10.13 (David: "He pecado contra el Señor"); Gal 2,16.19-21 ("Cristo vive en mí… me amó y se entregó por mí"); Lc 7,36-8,3 ("Le quedan perdonados sus muchos pecados porque ha demostrado mucho amor")

Contemplación, vivencia, misión: Quien no haya experimentado la misericordia de Dios Amor en la propia "nada", nunca será capaz de amar y anunciar a Cristo con pasión. Esta experiencia la tuvo Pablo, Agustín de Tagaste, Carlos de Foucauld o también, a su modo, Teresa de Lisieux, quien se consideraba más perdonada que la "Magdalena". Entonces se tiene siempre tiempo para la relación personal con Cristo, como prioridad pastoral. Así el apóstol demuestra ser coherente y signo creíble de la misericordia, para servir a todos los hermanos. Ser vaso de arcilla no es impedimento para vivir "injertado" en Cristo (por el bautismo) o para "insertarse" en su "yo" y poder decir, en su nombre, "yo te absuelvo", "esto es mi cuerpo".

En el día a día con la Madre de Jesús: En cualquier vocación, la gran aventura del amor, el camino de la santidad, se emprende diariamente con humildad, confianza y entrega sin rebajas, acompañados por Cristo y por su Madre."Aunque el alma esté agitada por todos los viento… si la fe es el faro luminoso que la llevará al puerto; si María, la dulce estrella de los mares, la conduce" (Bta. Mª Inés Teresa)

AÑO DE LA FE: "Cuando nos encontramos con el Señor, él nos sorprende. El Señor puede ser llamado el Señor de las sorpresas. Estén abiertos a las sorpresas de Dios" (Papa Francisco, por teléfono, a peregrinos hacia Loreto 8 junio 2013)