De Corazón a corazón: Miq 7,14-15,18-20 ("Volverá a compadecerse de nosotros"); Lc 15,1-3.11-32 ("Su padre lo vio y, conmovido, fue corriendo… lo cubrió de besos")

Contemplación, vivencia, misión: La "compasión" es como la autobiografía de Dios Amor y del mismo Jesús, Dios hecho hombre. Pero esa compasión va más allá de nuestras ideas y expresiones psicológicas y religiosas. Dios se compadece siempre, con ternura de madre, al ver a sus hijos embarrados. Nuestro barro (nuestro no existir) había sido amasado cariñosamente en sus manos, pero luego se deslizó hasta lo más hondo y se hizo añicos. La máxima expresión de la "compasión" divina se encuentra en la descripción que hace Jesús del "padre" del hijo pródigo. El Padre, desde la Encarnación del Hijo y de su muerte en cruz, nos ve a todos nosotros en el corazón de su Hijo, que "vuelve" al Padre con nosotros. Por el bautismo, somos "hijos en el Hijo" (cfr. Ef 1,5; GS 22). Las parábolas son retazos de la vida del mismo Jesús, que lleva toda la historia humana (y cada persona) en su corazón.

*En el día a día con la Madre de Jesús: El canto mariano del "Magníficat" es un resumen vivencial del salterio y de las oraciones del Antiguo Testamento. Dos veces hace alusión a la "misericordia" divina, que ella ha experimentado en sí misma y que, en aquel momento, estaba personificada en Jesús gestado en su seno materno.
AÑO DE LA FE: "La fe nos invita a mirar hacia el futuro con la virtud de la esperanza, esperando confiadamente que la victoria del amor de Cristo alcance su plenitud" (Benedicto XVI, Mensaje Cuaresma 2013). La oración más hermosa para la elección del nuevo Papa, es la que brotará de muchos corazones inocentes…