De Corazón a corazón: Ap 22,1-7 ("Un río de agua viva… Verán su rostro… y reinarán por los siglos de los siglos… Vengo pronto"); Lc 21,34-36 ("Estad en vela.. orando")

Contemplación, vivencia, misión: Hoy termina el año litúrgico, en el que hemos ensayado el encuentro definitivo con Cristo resucitado. De su costado y Corazón, abierto en la cruz, ha brotado nuestra salvación, para poder participar de su misma vida divina. Sólo nos pide abrir nuestro corazón a su relación y amor, haciendo de nuestra vida una donación como la suya y en la suya. Así nos prepara para el encuentro definitivo, cuando "seremos semejantes a Él porque lo veremos tal como es" (1Jn 3,2).

*En el día a día con la Madre de Jesús: Él se formó en el seno de María bajo la acción del Espíritu Santo. El seno materno de su Madre es nuestro "molde" para vivir y transformarse en Cristo.

AÑO DE LA FE: "La Palabra de Dios revela la naturaleza filial y relacional de nuestra vida. Estamos verdaderamente llamados por gracia a conformarnos con Cristo, el Hijo del Padre, y a ser transformados en Él" (Verbum Domini, n.22). "Quien se ha acercado a él y ha hecho la experiencia de su amor, quiere compartir en seguida la belleza de este encuentro que nace de esta amistad" (Benedicto XVI, JMJ 2013).