De Corazón a corazón: Tit 1,1-9 ("Pablo, siervo de Dios, apóstol de Jesucristo, para llevar a los escogidos de Dios a la fe y al pleno conocimiento de la verdad"); Lc 17,1-6 ("Señor, aumenta nuestra fe")

Contemplación, vivencia, misión: Frecuentemente oímos hablar o hablamos de la "fe". Pocas veces somos conscientes de que se trata de una "adhesión" personal a Cristo y, consecuentemente, de una aceptación sincera y total de su mensaje. La ilusión del apóstol Pablo consistía en anunciar y comunicar esta fe, es decir, de anunciar una persona, Jesús, para invitar a conocerlo y amarlo. Los discípulos de Jesús, por el hecho de convivir con él, se daban cuenta de que su fe tenía que ser más comprometida y vivencial.

*En el día a día con la Madre de Jesús: (AÑO DE LA FE) Oración y fe se postulan mutuamente: "Aumenta nuestra fe", "enséñanos a orar", "Señor que vea", "tú tienes palabras de vida eterna", "Señor mío y Dios mío"… Santa Isabel alabó la fe de María: "Bienaventurada tú que has creído". La fe de María forma parte de nuestra herencia; Jesús nos la dio como Madre tal como es, modelo de fe vivida.