De Corazón a corazón: Gal 1,13-24 ("Me llamó por su gracia"); Lc 10,38-42 ("María - de Betania – sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra")

Contemplación, vivencia, misión: La alegría del encuentro con Cristo (como en el caso de Pablo o de María de Betania) se convierte en el deseo sincero de amarle del todo y de hacerle amar de todos. La fe cristiana tiene inicio en una adhesión personal a Cristo. Es un don de Dios, totalmente inmerecido, pero necesita una colaboración a modo de opción fundamental y definitiva. La señal de haberle encontrado consiste en tener tiempo para estar con él y para servir a los hermanos.

*En el día a día con la Madre de Jesús: A Cristo se le capta sólo de corazón a corazón. No quiere ser un adorno, sino alguien profundamente conocido y amado. El Rosario tiene una "aptitud para desarrollar una oración contemplativa" y una "connatural eficacia para promover la vida cristiana y el empeño apostólico" (Pablo VI, Marialis Cultus 42).