De Corazón a corazón: Miq 5,1-4 ("La que ha de dar a luz"); Rom 8,28-30 ("Los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo… el primogénito entre muchos hermanos"); Mt 1,1-23 "La Virgen concebirá y dará la luz un hijo… Dios con nosotros").

Contemplación, vivencia, misión: Todo cumpleaños está dentro de una historia familiar universal, que comenzó en el corazón de Dios. La Virgen María fue elegida para "dar a luz" a Jesús, el "Emmanuel", "Dios con nosotros",  que es también "el primogénito entre muchos hermanos" (Rom 8,29). Por "gracia", hemos sido elegidos para ser "imagen" de Cristo, "hijos en el Hijo". En el cristianismo todo suena a gozo, como el anuncio del ángel ("alégrate, María"), la gran noticia de Navidad ("os anuncio una gran alegría"), el sermón de la montaña ("bienaventurados – gozosos - los pobres de espíritu") y el saludo de "paz" de la resurrección. El gozo "evangélico" consiste en hacerse donación con y como Jesús, compartiendo este gozo con todos.

*En el día a día con la Madre de Jesús: El nacimiento de la Virgen María es la "aurora" que anuncia el gozo del nacimiento de Jesús (en la "Navidad"), "el Salvador". Con María, celebramos nuestra fiesta familiar; los dones que ella recibió son para nuestro bien. El primer momento de abrir los ojos a la vida forma parte del mismo misterio de Cristo nacido de María. En el año litúrgico, esta celebración es como la "aurora" que anuncia el "día" de la natividad de Jesús.