De Corazón a corazón: 1Cor 8,1-7.11-13 ("¡El hermano, por quien murió Cristo!"); Lc 6,27-38 ("Amad… haced bien… bendecid… Sed compasivos como vuestro Padre")

Contemplación, vivencia, misión: La regla de oro es el amor. En la comunidad eclesial de Corinto no se entendían, porque estaban perdidos en discusiones estériles. San Pablo invita a escuchar y comprender  a todo "hermano, por quien Cristo ha muerto". Jesús había llamado a reaccionar siempre amando a todos y en toda circunstancia, para vivir en sintonía con la comprensión misericordiosa de Dios, quien pide amor y lo hace posible.

*En el día a día con la Madre de Jesús: La conversión al amor es el cambio del "corazón", dispuesto a mirar a todos con la misma mirada de Jesús. En las bodas de Caná, María supo comprender las palabras y la mirada de su hijo, porque siempre las meditaba en su corazón. Y entonces se realizó el milagro del "vino bueno" (Jn 2,3).