De Corazón a corazón: Prov 9,1-6 ("La sabiduría ha aderezado su mesa… Venid y comed de mi pan"); Efes 5,15-20 ("Llenaos del Espíritu Santo… dando gracias continuamente a Dios Padre") ; Jn 6,51-58 ("Yo soy el pan vivo para la vida del mundo")

Contemplación, vivencia, misión: Jesús, "pan de vivo (pan de vida) para la vida del mundo", nos hace partícipes de su misma vida divina y permanece presente en nuestro corazón y en medio de nosotros. Su vida nueva reclama vivir como él. Se nos da como alimento para hacer posible esta realidad de gracia. Sin participación en la vida de Cristo, el cristiano es un absurdo. "Hay que recibir a Cristo para que nos engendre, como lo afirma el apóstol san Juan: Cuantos lo recibieron, les da poder para ser hijos de Dios" (San Ponciano, Sermón sobre el bautismo).

En el día a día con la Madre de Jesús: La sabiduría cristiana, obra y don del Espíritu Santo, consiste en hacer de la vida una "Eucaristía" continuada, una acción de gracias por los dones recibidos. Así se recibe el "pan partido" que se formó en el seno de María.