De Corazón a corazón: Os 11,1-4.8-9 ("De Egipto llamé a mi hijo… se enciende toda mi ternura"); Mt 10,7-15 ("Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratuitamente")

Contemplación, vivencia, misión: La gran "sorpresa" de todos los días, si nos queda todavía el sentido de la "admiración", consiste en constatar que "todo es gracia" (S. Agustín, Sermón 185). Así lo vivieron los santos, como Sta. Teresita o S. Ignacio. Todo nos habla de un amor de "gratuidad". Dios nos ama porque él es bueno, sin esperar a que nosotros seamos buenos, pero ayudándonos a que lo seamos. La "gratuidad" forma parte esencial del mensaje de Jesús. Uno aprende a darse (no sólo a dar cosas) cuando se descubre amado por Jesús con un amor de  totalidad. En esta perspectiva, que es la del Calvario, hasta las "desgracias" humanas (como la de José, vendido por sus hermanos, y especialmente la de la Cruz) forman parte del don de Dios, que nos ama dándose él, tal como es, gratuitamente.

*En el día a día con la Madre de Jesús: Dios hace salir "su sol", como signo de su amor para todos. La vida es hermosa y merece ser vivida con gozo, cuando se hace donación a los demás con la misma gratuidad aprendida de Dios Amor. Así lo canta y realiza María en su "Magníficat".