De Corazón a corazón: 2Tim 3,10-16 ("Todos los que quieran vivir en sintonía con Cristo Jesús, sufrirán persecuciones"); Mc 12,35-37 ("La muchedumbre le oía con agrado")

Contemplación, vivencia, misión: La vida de Jesús está tocada por la "cruz": todas las circunstancias las transformaba en atención a los demás, en donación según el proyecto del Padre, como "pan partido". No se buscaba a sí mismo. Vivía con el gozo de dar y darse. Todos podían constatar que amaba llevando a cada uno en su Corazón. "Cuando seré levantado, atraeré a todos hacia mí" (Jn 12,32). El sufrimiento no tiene sentido, si no es a la luz del costado abierto de Jesús, muerto en cruz por amor y preanunciando la resurrección. Nos pide que le "completemos", con el gozo de la esperanza, dejándonos acompañar por él.

En el día a día con la Madre de Jesús: Así es el camino fecundo, doloroso y esperanzado, de la Iglesia tocada por la cruz y la persecución, "de pie" y ofreciéndose como María. La Iglesia esposa está llamada a compartir la suerte del Esposo. "No hay sino una manera de darse a Dios… y es darse enteramente" (Cura de Ars).