De Corazón a corazón: Os 11,1.3-4.8-9 ("Los atraía con laxos de amor"); Ef 3,8-12.14-19 ("El amor de Cristo excede a todo conocimiento"); Jn 19,31-37 ("Un soldado le atravesó el costado con una alanza y al instante salió sangre y agua").

Contemplación Vivencia Misión: Cuando Jesús habló de su Corazón "manso y humilde" (Mt 11,29), anticipó ese resumen de su vida que es el momento en que abrieron su costado con una lanza y del que salió "sangre y agua" (Jn 19,34). Su vida fue siempre "donada" ("sangre"), para comunicarnos una vida nueva, su misma vida divina ("agua"). Así nos ama Dios, dándose él, con "lazos de amor" (Os 11,4) y corazón materno. Nuestra sed de verdad y de bien, sed de Dios, sólo se puede saciar en esa fuente de amor, que "supera todo conocimiento" (Ef 3,19). Toda la historia de la humanidad es un latido del Corazón de Dios.

* En el día a día con la Madre de Jesús: El compromiso de vivir en sintonía con los latidos del Corazón de Jesús como María, por la santificación de todos los bautizados y especialmente de todos los sacerdotes, se inspira en su oración sacerdotal: "Padre… los que tú me has dado… son mi expresión (mi gloria)… YO ME INMOLO POR ELLOS para que sean santos... que sean uno como nosotros… les amas como a mí… yo estoy en ellos" (Jn 17,10-28).

(Jornada de oración por la santificación de los sacerdotes) Ver el viernes de la semana décima T. O. en Año Litúrgico.