viernes, 25 de mayo de 2012

La cirugía contra la obesidad te cambia el sabor de los alimentos :: Salud :: Nutrición y Ejercicio :: Periodista Digital

La cirugía contra la obesidad te cambia el sabor de los alimentos

Las intervenciones quirúrgicas en el estómago y en el intestino -que tienen como objetivo reducir la obesidad- no sólo modifican nuestro cuerpo, sino también el cerebro.

Cuando se utiliza la cirugía bariátrica -algunas de las técnicas utilizadas son la banda gástrica o el bypass intestinal- sucede algo extraño. «Después de la operación, hay cambios dramáticos en el cerebro.

Las que eran sus comidas favoritas, ya no lo son», explicó Carel le Roux, endocrinólogo del Imperial Weight Centre de Londres, en un artículo en la revista New Scientist.

Es decir, que la intervención quirúrgica altera la relación que tenía esa persona con la comida. Según los experimentos llevados a cabos por le Roux en ratones:

«Los animales después de la operación cambian los hábitos alimenticios».

El apetito y la saciedad es una cuestión fisiológica y en el que entran en juego las hormonas del sistema digestivo. El estómago produce la grelina, un potente estimulante del hambre.

La cirugía bariátrica altera la producción de las hormonas intestinales -como el péptido GLP-1 y YY y PYY- y las células de grasa, ya que libera la leptina, la sustancia que inhibe el deseo de comer y de trabajar el metabolismo.

Lauren Beckman de la Universidad de Minnesota, en Minneapolis, considera que «la disminución de grelina y de estas hormonas péptidas interfieren en el sistema nervioso»

Carel le Roux mostró en una resonancia magnética los cambios que se producen en el cerebro, después de la operación, en la corteza frontal.

En tan sólo cuatro días tras la intervención son «insensibles» a los mismos alimentos que antes le encantaban (como un pastel o una hamburguesa).

Pero el aumento de GLP-1 produce no sólo cambios en las preferencias alimentarias también algunos pacientes se quejan de problemas cognitivos, como por ejemplo, en tener dificultades en encontrar palabras adecuadas, problemas en la concentración y pérdida de memoria a corto plazo.

En la resonancia magnética, le Roux explica que estas personas muestran una reducción en el tálamo cerebralal; zona donde está relacionada con la memoria, atención, concentración, y la información relacionada con el sabor de los alimentos.

La grelina y la GLP-1 tiene influencia en el tálamo; por ello, se puede explicar las alteraciones en el gusto de algunas personas tras la cirugía bariátrica.

 



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